Ella
lo vio salir con una maleta. Se había puesto su abrigo y su viejo sombrero de
ala ancha.
-¿ A
dónde vas?
- Voy
Allá.
- ¿
" Allá " dónde?
-Allá
donde pertenezco. Aquí me siento prisionero. Me ahogan estas paredes.
Ella
guardó silencio. No entendía lo que él quería decir, pero no se extrañó de su
partida.
Siempre
supo que terminaría por abandonarla.
De a
poco se habían ido cortando los lazos que los ataban. Ahora sólo los mantenía
juntos la costumbre, como una frazada gris que los envolvía, sofocándolos.
Lo
había notado ausente, sumergido en su introspección y no había podido
atravesar el muro que se alzaba entre ellos.
Lo
miró partir sin un gesto.
La
puerta se cerró sin ruido a sus espaldas. El la había sostenido hasta el último
momento, para que no se golpeara contra el marco. Pensaba tal vez que esa
partida silenciosa le haría menos daño a
ella.
Pero
su precaución fue inútil. Porque un ancho hueco de ausencia se abrió a donde
antes había estado su cuerpo.
La
vida de ella se volvió una laguna oscura donde iba arrojando las horas, como
guijarros que se hundían sin dejar huella.
El
partió libre y esperanzado. Caminó durante largo tiempo sin detenerse. Atravesó
pueblos grises, envueltos en una neblina de humo o de melancolía. Ninguno de
ellos era su meta.
Por
fin divisó a lo lejos los muros de una gran ciudad.
Un
alto muro la rodeaba y junto a la puerta vio parado a un hombre.
-¿ Es
ésto " Allá" ?-le preguntó
esperanzado.
-¡
OH, no!- le respondió su interlocutor, con un dejo de burla- "Allá "
está mucho más lejos. No has recorrido ni la mitad del camino.
- Y
esta ciudad qué es?
-
Esta ciudad es
"Mientras". Puedes
descansar aquí antes de reanudar la marcha. Encontrarás a otros que andan
buscando lo mismo que buscas tú...
A
medida que se internaba en la masa gris de edificios, vio a mucha gente
caminando delante de él. En sus caras brillaba débilmente la esperanza, como
una brasa que crepita antes de extinguirse.
A
todos parecía guiarlos la certeza de que su destino se encontraba "
Allá".
Al
día siguiente, salió de la ciudad y caminó durante largo tiempo.
Su
espalda se fue encorvando y su pelo se volvió gris, como si lo cubrieran las
cenizas de su esperanza.
El
cansancio lo agobiaba, pero siguió caminando sin alcanzar nunca la meta. Cuando
por fin creía haber llegado, la veía diluirse como un espejismo. Los que marchaban junto a él se iban quedando
a tras y se perdían en los recodos del camino.
A muchos los vencía la fatiga y la convicción de haber buscado en vano.
Un
anochecer, cuando creyó que ya no le quedaban fuerzas, entró a una ciudad.
Sintió renacer su optimismo.
¡
Tiene que ser este el lugar que he buscado durante tanto tiempo!
Las
calles estaban oscuras y las casas parecían desiertas. Pero, vio brillar una luz tras el vidrio de
una ventana.
Golpeó
la puerta y le abrió una mujer de ojos apagados.
- ¿
He llegado al fin? ¿ Es ésto "
Allá" ?
- No-
suspiró ella- Este es el mismo lugar de donde partiste.
La
miró sobresaltado y sólo entonces reconoció a su mujer. En las arrugas de su
cara vio escrita una historia de tristeza y abandono.
Arrepentido,
se dejó caer a sus pies y hundió la cabeza en los pliegues de su falda.
Ella
lo oprimió contra sí y acarició su pelo encanecido. Con ternura, sus dedos
intentaron alisar los surcos de su frente.
-¡
Quédate conmigo!- le pidió, sonriendo entre sus lágrimas- ¡ Quédate conmigo
porque aquí está el Amor! ¡ Quizás
" Allá" sólo se encuentra la
Muerte !
tus escritos dan
ResponderEliminaresplendor a tus letras
llevas razón,fue iu error mio,
ResponderEliminarEn europa,y en los paises del mercado comun,las buenas cámaras cuestan mucho menos que en tu pais
ResponderEliminarTu relato,es muy semejante a las inquietudes de muchas personas,buscan y buscan, sin saber lo que quieren,pero al final de una vida,llegan a comprender que todos sus sueños estaban al lado de su compañera
ResponderEliminarEl fotógrafo al querer hacer un a foto artistica,deja salir un poco a sus fantasias.
ResponderEliminarAnque el vejo fotógrafo,pocas veces lo consigue
Un fuerte abrazo
Amiga escritora,tu cultura y tu amor por las letras,son muy superiores a la del viejo fotógrafo
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Saludos Lilian
ResponderEliminarun cuento que tien mucho de verdad en estos tiempos , antes y que seguramente se repetirá en el tiempo
por esa permanente necedad del ser humano de querer atrapar el sol con las manos mas alla de lo que se comprenda no?
porque la mayoría d e las veces todo el amor y la riqueza está al lado nuestro...
que todo lo que tenemos es valioso.
estés bien!
Saludos Lilian
ResponderEliminarun cuento que tien mucho de verdad en estos tiempos , antes y que seguramente se repetirá en el tiempo
por esa permanente necedad del ser humano de querer atrapar el sol con las manos mas alla de lo que se comprenda no?
porque la mayoría d e las veces todo el amor y la riqueza está al lado nuestro...
que todo lo que tenemos es valioso.
estés bien!