Para
Juan Fuentes, de España.
La
nave tocó suavemente la superficie y el rayo impulsor se desvaneció con un
siseo apenas audible. XT supo que había llegado.
Tenía
bastantes conocimientos sobre la Tierra y los seres que la habitaban. Sabía
que se llamaban a sí mismos " Humanos" , pero la información que
manejaba sobre ellos le hacía dudar de que ese nombre les quedara bien...Tal
vez había un desajuste en el lenguaje que usaban.
Pensó
que debía salir a explorar el entorno y abrió la escotilla. Lo recibió la
bóveda del cielo, desplegada como un manto sobre la nave y resplandeciente de
estrellas.
Un
chequeo instantáneo le permitió localizar la suya y eso lo tranquilizó.
XT no
tenía cuerpo sólido. Era solo una mente que se desplazaba, emitiendo una tenue
luz.
Si
alguien lo hubiera visto de lejos, habría creído que era una luciérnaga.
Percibió un campo de superficie irregular y
más lejos, la mole de una ciudad iluminada.
Era allá donde debía dirigirse.
Pero
antes tenía que adquirir forma humana.
Volvió
a la nave y examinó el catálogo de apariencias para elegir. EL modelo Bradpitt
le pareció bien y sin vacilar lo programó en la cabina de concreción molecular.
Al
cabo de unos minutos, salió de ahí premunido de un cuerpo bastante hermoso.
Pero como nunca había tenido uno, se sentía pesado e incómodo. Otro
inconveniente casi instantáneo fue tener olfato, porque se dio cuenta de que
había aterrizado en un basural.
El
hedor era horrible. A lo lejos, unas criaturas peludas se disputaban
salvajemente lo que parecían restos de comida.
-
Perros- murmuró XT, orgulloso de sus conocimientos. Pensó que muy pocas cosas
podrían sorprenderlo...
No en
vano había pasado la Prueba de Teoría Humana con nota sobresaliente.
Sabía
que los humanos solo pensaban a veces,
pero sentían siempre. Y que eran sus sentimientos y emociones los que
tendían a dirigir su conducta. Le daban especial importancia a dos
conceptos: Dinero y Poder.
También
sabía que manejaban con cierta liviandad una palabra que repetían a menudo:
Amor. Pero no parecía influir mucho sobre ellos. Al parecer, en la actualidad únicamente se
trataba de un devaneo superficial.
En
fin, había llegado la hora de interactuar con ellos y empezar su trabajo.
Tomaría notas mentales sobre sus experiencias y a su regreso entregaría el
reporte. Otros habían venido antes que él y solo se trataba de un chequeo de
rutina.
Atravesó
un campo verde, alejándose rápidamente del basural. El rocío que cubría la
hierba comunicó una grata sensación a su piel recién estrenada. Entonces de dio
cuenta de que iba desnudo.
-¡
Vaya!- pensó- Se supone que aunque tenga un cuerpo hermoso no lo debo exhibir.
Al
borde del campo había una casa y rápidamente tomó unas prendas de ropa que
colgaban de un cordel.
Cuando
entró a la ciudad, se veía como un joven más y las sombras de la noche lo
ayudaban a disimular la belleza de su cara.
Pasó
frente a un bar en cuya puerta había un grupo se hombres.
-¿
Tienes sed?- le preguntó uno, tendiéndole una lata de cerveza.
XT
sentía los labios secos y se acercó confiado. Pero alguien lo tomó
violentamente por detrás y le clavó una
punta metálica en la espalda.
-¡ Entrega la plata y el celular, si no
quieres que te mate!
-No
tengo celular- respondió XT- No tengo nada.
Lo
arrojaron al suelo y varias manos tantearon sus bolsillos. La luz de un farol
cayó de lleno sobre su cara.
-¡
Oye! A este tipo lo conozco....Pero ¡ si
es Brad Pitt ! ¡ Suéltalo y corramos! ¡
Seguro que anda con guardaespaldas!
Huyeron
y lo dejaron solo, tendido en el suelo. Varios transeúntes habían presenciado
la escena, pero ninguno se acercó a ayudarlo.
A su
lado había quedado la lata con un resto de cerveza y lo apuró de un trago.
Siguió
caminando y llegó a una casa iluminada. Del interior brotaba música. O eso que los humanos entienden como tal...
"No se parece en nada a los dulces
sonidos que emiten los astros cuando dialogan con Dios" pensó XT, pero sintió que su cuerpo se dejaba
llevar por el ritmo y entró a la casa.
Una
mujer le salió al encuentro.
-¡
Hola, guapo !- le dijo, abrazándolo- Me imagino que ya te han dicho a quién te
pareces...Ven conmigo y yo te haré el amor...
A
escuchar esa palabra, XT la miró expectante.
Los
labios de la mujer oprimieron los suyos. Pero, de pronto se apartó y lo miró
con sospecha.
-Trajiste
dinero, me imagino...
-No,
no tengo dinero- respondió XT.
-¿ Y
qué haces aquí entonces? ¿ Crees que por
tu linda cara te va a salir gratis?
¡Ándate y déjame trabajar!
Lo
sacó a empujones hasta la vereda.
XT se
alejó confundido. Al escuchar la palabra Amor había sentido curiosidad. ¡Iba a conocer aquel sentimiento que en otro
tiempo había motivado a la humanidad !...
Pero
le extrañó que estuviera asociado a la palabra Dinero.
¡ Dos
veces ya, en esa noche, le habían pedido dinero! Una, a cambio de amor y otra, amenazándolo
con quitarle la vida. ¿ Sería muy importante, entonces?
Caminó
largo rato, hasta que cruzó los límites de la ciudad.
Cansado,
se sentó en un banco de madera que había junto a una cabaña.
-¡ No
sé por qué se me ocurre que tienes hambre!
¿ Quieres entrar a compartir la cena conmigo?
Era
un anciano de aspecto humilde el que le
hablaba con amabilidad. A su espalda, la puerta abierta de la cabaña arrojaba
hacia la noche un torrente de luz.
-Pero,
no tengo dinero...- le advirtió XT.
-¡
Tampoco tienes zapatos!- se rió el anciano, señalando sus pies desnudos
cubiertos de polvo- Pero ¿ porqué crees que tienes que pagarlo todo? Bien triste debe ser tu vida si piensas
así...
Lo
guió hacia el interior de una cocina, en cuya mesa humeaba una olla de sopa.
XT
comió con avidez. Tenía sed y hambre. Pero, por sobre todo, tenía deseos de
llorar.
Un
cúmulo de emociones lo agobiaba. ¡ Ya no podía más!
Se
despidió del anciano y volvió a la nave. Estaba ansioso por librarse de ese
cuerpo y ser de nuevo sólo una mente, ingrávida y pura, capaz de razonar pero
no de sentir. Los sentimientos hacían tanto daño...
Esa
noche había conocido a muchos humanos, pero sólo uno le había parecido digno de
llevar ese nombre.
Ahora
sólo quería regresar a su hogar en la
estrella y no volver a la Tierra nunca más.
Agradecido por este cuento,dedicado al viejo fotógrafo
ResponderEliminarTiene su parte de moraleja,y de aviso a esos señores acumuladores de riquezas,que no se podran llevas al hacer su último viaje
Juan
Algunos de esos pastores,siempre en contacto con la naturaleza,nos pueden dar lecciones
ResponderEliminarEl viejo fotógrafo,tiene la suerte de vivir en una tierra previligiada,por eso le gutas dar grandes paseos para sentirla y admirarla
ResponderEliminarAmigs escritora,los humanos nos estamos cargando esta bella tierra,en esta parte de Europa la ecologia intenta poner freno a tantos desmanes,todo por ese afan de conseguir más beneficios.
ResponderEliminarDAs una mirada profunda a nuestra psiquis sin dudas...
ResponderEliminaruna mirada que abarca la filosofía de este ser que somos, de carne y huesos...pero mucho mas en cuanto a lo emotivo, racional, espiritual....
con cuales de todas ellas uno se identifica mas
seguro obedece a nuestro proio crecimiento personal como seres vivos y mas que eso como seres humanos que venimos a aprender y reaprender de la existencia misma....
volver a revivir y sanar ...en ese aprender permanente una y otra vez hasta alcanzar esa inconmensurable sabiduría...
de a ´poco lo lograremos...
espero estés muy bien!
Amiga escritora,en este rincon del planeta con grandes costas y grandes sierras de vive muy en contacto con la naturaleza
ResponderEliminarEl humor es el mejor antídoto para no caer en la depresión
ResponderEliminarAl hacer esa fotografia y querer entrar dentro de ese paisaje,y sentir esos sonidos,junto al cantar de alguna aves,los sentimientos de gratitud a la naturaleza brotaron en mis pensamientos
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