A
Juan le gustaba mucho pasar sus horas libres en la estación, mirando los
trenes. Ese incesante llegar y partir le
causaba una sensación de melancolía muy grata. Como era poeta, encontraba más
inspiración en las cosas tristes que en las alegres. Y en la luz de la luna más
que en el resplandor del sol.
Una
tarde vio en la estación a tres personas que le llamaron la atención por la
disparidad de su aspecto.
Adelante,
marchaba un niño, que más que caminar, corría y que se reía como si el solo
hecho de existir, lo llenara de júbilo.
Detrás
de él iba un hombre alto, envuelto en un abrigo gris y con un sombrero de ala
ancha que le ensombrecía la cara. Miraba al niño con una sonrisa un poco triste
y a cada instante lo sujetaba tratando de contener sus carreras y brincos.
Completaba
el grupo un viejo de rostro adusto,que caminaba encorvado, arrastrando una
pesada maleta.
Se sentaron en el banco contiguo y Juan pudo
escuchar como el hombre de gris aconsejaba al niño que se moderaba, pero éste
seguía correteando sin hacerle caso.
Al
fin, llegó un tren y a él se subió el
niño sin siquiera despedirse de sus acompañantes, tal era el apuro que tenía
por empezar pronto el viaje.
Casi
al mismo tiempo, entró a la estación, rechinando y lanzando nubes de vapor, una
locomotora vieja que conducía un tren en la dirección opuesta.
El
anciano se acercó, arrastrando los pies y el hombre de mediana edad le ayudó a
subir su equipaje. No se dijeron nada, pero cuando el tren partió, el viejo se
despidió con un gesto y el hombre quedó solo, parado en el andén.
A
Juan lo embargaba la curiosidad y al verlo sentarse otra vez en el banco, no
pudo contenerse de preguntarle:
-Señor,
perdone si lo incomodo, pero lo estuve mirando a usted y a sus compañeros,
tratando de adivinar su identidad, pero no he logrado hacerlo...¿ Le parezco
muy impertinente si le pregunto quiénes son?
-Yo
soy El Presente- le respondió el hombre sin incomodarse- Y como podrás suponer, el viejo que acaba de
subir al tren es El Pasado.
-¡
Pobre anciano! ¡ Qué cargado iba! ¿ Y
qué llevaba en su equipaje?
-Los
recuerdos que la gente va acumulando a lo largo de su vida y que se niega a
dejar.
-Es
que la nostalgia es tan dulce... -suspiró Juan.
-¿ Tú
crees?- el hombre lo miró escéptico- Los
que viven de recuerdos carecen de porvenir.
Caminan
rodeados de fantasmas y vivir así una forma de cobardía.
Juan
se calló con aire culpable, sintiendo que ese era justamente su caso y para
cambiar de tema, le preguntó:
-Y
ese niño, ¿ entonces....?
- Es
el Futuro, por supuesto. Ya viste cuan
imprudente es y cuan ansioso de partir parecía...No se detenía a pensar
en que tras muchas penas y desengaños,
lo espera al final La Muerte...
-Y ¿
usted ? Hábleme de usted, por favor...
-¿ Para
qué, si mi existencia es tan efímera?
El Presente no dura más que un momento. ¡ Con qué rapidez me
transformaré en Pasado!
Juan
notó que, mientras hablaba, su pelo iba encaneciendo y profundas arrugas
surcaban sus mejillas.
-Debes
gozar cada minuto en plenitud- le aconsejó el hombre - El Pasado es sólo
sombras y el Futuro no es más que incertidumbre.
Se
levantó del banco y se alejó con aire pensativo. Se volvió una vez más a mirar a Juan . Pero, éste ya se alejaba a toda prisa, con un
aire resuelto que antes no tenía.
Seguramente iba apurado por empezar a vivir, antes que el tiempo se
le escapara entre los dedos.
Amiga eacritora,muy agradecido
ResponderEliminarEl barquito de esa fotografia,puede llevarte al pais de tus sueños
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Amiga escritora,son sencillez y mucha sabiduria describes,las tres fases de la vida humana
ResponderEliminarR
ResponderEliminarTu filosofia,te hace ir a los caminos del entendimiento y la logica
hola amiga
ResponderEliminarque buen decir en este cuento...una comprensión que sin dudas nos da la edad...las experiencias y nuestras decisiones por demás...
uno siempre tiende a inclinarse por tiempos a un y otro lado...sabiendo que lo más valioso es al fin vivir el aquí y ahora...además tener claro que lo que fue ya nunca volverá y lo que venga es impredecible...
lo cierto es que te aprecio y mucho
gracias por estar siempre!
Amiga escritora,la literatura es el camino hacia el entendimiento,ella nos puede hacer cada dia un poco mas sabio,por ella se puede seguir el camino hacia la sabiduria.
ResponderEliminarExiste iun viejo refran que dice,,,más sabe el diablo por viejo que por diablo