Una
chequera sin cheques, con varias tarjetas de crédito vencidas, que me permiten
conservar el barniz de consumista, que perdí hace tiempo por falta de plata.
También
llevo ahí mi carnet de identidad.
Cuando
nací, el Registro Civil no estaba en paro, pero creo que el Oficial que me
inscribió estaba borracho. Porque...¡ Yo no puedo haber nacido en ese año! ¡ Por favor!
Pero, si soy tan joven... ¡ Tiene que haber un error!
Así
es que lo miro lo menos posible, porque lo considero un falsario y un
destructor de la moral.
En la
cartera llevo también mi billetera, con pocos billetes y muchas monedas chicas.
Cuando la agito, emiten un tintineo sarcástico y las escucho advertirme,
riéndose : ¡ No te alcanza! ¡Eso es muy
caro para ti !
Por
supuesto, llevo mi colección de gafas de todos los colores: grises, negras,
azules...Ellas me ayudan a disimular mi miopía con un aire sofisticado, a lo
Sophia Loren. Aunque reconozco que no nos parecemos. ( No te aflijas, Sophia, tú
también te ves regia.)
Es
vital mi bolsita de cosméticos. Creo que no existe nadie que me haya visto sin
pintura. Mi mamá , cuando nací...Eso creo.
Pero,
no todo es vanidad. Por favor, no me tilden de frívola. También
le doy importancia al intelecto.
Siempre
llevo una libreta para anotar las ideas que se me ocurren.
En
clases de Actualidad Internacional,
parezco tomar apuntes, pero lo más seguro es que esté escribiendo algún
cuento.
El
profesor me mira satisfecho y se diría que piensa:
¡ Qué
genial soy ! Esa mujer no para de anotar
lo que digo...
me gustó tu cuento
ResponderEliminarhabla d e un cotidiano vivir...y con todo lo que somos a cuestas...