Primer premio concurso cuento infantil. Municipalidad de Providencia.
Un
ángel recibió la orden de bajar a la tierra. Debía buscar a una mujer que vivía
sola en medio de un bosque.
La
luz del amanecer doraba las copas de los árboles cuando descendió volando hasta
la cabaña.
Entró
silenciosamente, pero al acercarse al lecho, quedó indeciso, sin saber qué
hacer. Entre los brazos de la mujer había una niña.
Seguramente
había nacido durante la noche y se aferraba al pecho de su madre, buscando su
calor.
No
había otras viviendas en la cercanía. Nadie acudiría si lloraba. ¿Cómo llevarse
a la madre, abandonando a la criatura?
Pero,
la orden era esa. No mencionaba a la niña y lo único que le quedaba era
obedecer.
Sabía
que, miles de años atrás, un ángel llamado Lucifer se había atrevido a desafiar
a Dios y ese había sido el principio de todas las desgracias que ocurrían en la
tierra.
En
ese instante, la mujer abrió sus ojos y le suplicó que no abandonara a la niña.
Luego sus labios enmudecieron y se entregó confiada a la muerte, sin exhalar un
suspiro.
El
ángel abandonó todos sus escrúpulos. Acomodando a la criatura entre sus alas,
tomó a la madre en sus brazos y emprendió el vuelo hacia las alturas.
Cuando
iban atravesando las nubes doradas que envuelven el Paraíso, la mujer preguntó
por su hija y el ángel se llevó un dedo a los labios y le sonrió para
tranquilizarla.
Luego,
en secreto, buscó una nube rosada que había sobrado del crepúsculo y con ella
hizo una cuna para la niña.
Así,
la madre podía ir a mecerla durante el día y el ángel acudía en las noches a
cantarle para que se durmiera.
Nadie
sabía de su desobediencia, pero como había seguido un impulso piadoso de su
corazón, confiaba en que la suerte lo ayudara a no ser descubierto.
Sin
embargo, una tarde a San Pedro se le
ocurrió salir a dar una vuelta por el
cielo para estirar las piernas y le pidió al ángel que lo acompañara. Quería que le llevara el manto, por si
soplaba brisa.
El
ángel iba muy inquieto y en vano sugería rumbos que los alejaran del lugar
donde escondía a la niña.
Pero,
San Pedro vio desde lejos la nube rosada que le servía de cuna. Por encima del
borde sobresalía algo dorado que brillaba. Era un mechón de cabellos rubios...
-¿Qué
es eso que resplandece allá? -preguntó San Pedro.
-¡Oh!
¡No es nada!- respondió el ángel- Es sólo un rayo de sol que se quedó enredado
en esa nube. Más tarde iré a soltarlo.
San
Pedro, a esas alturas de su vejez ya veía un poco borroso y había olvidado
llevar sus lentes, así es que no hizo más preguntas sobre el asunto.
El
ángel se había puesto rojo de vergüenza por haber tenido que mentir y pensó que
si San Pedro lo advertía, le echaría la culpa a los arreboles del
crepúsculo. Pero afortunadamente para
él, su rubor pasó desapercibido.
Días
después, San Pedro lo llamó de nuevo para que lo acompañara en su paseo.
A
pesar de los desvíos que intentaba el ángel, otra vez pasaron cerca de la cuna
y en las sombras del anochecer, el cabello de la niña resplandecía como una
lámpara.
-¿Qué
es eso que brilla a lo lejos?- preguntó el anciano.
-¡Oh! ¡Nada importante!- balbuceó el ángel- Es una luciérnaga traviesa que anda perdida.
Mañana la devuelvo a su jardín.
Pero,
en su fuero interno, se dio cuenta de que no podía continuar mintiendo.
Esa
noche buscó a la madre y le explicó su dilema.
-Creo
que no podré seguir ocultando nuestro secreto mucho tiempo más. Es necesario
que tu niña se transforme en una estrella. Es la única manera de que pueda
seguir aquí.
-
Está bien- le respondió la mujer, agradecida- De todos modos no la voy a
perder, porque cada noche podré mirarla cuando se encienda la luz del
firmamento.
Con
ese arreglo, se hizo la paz en el Cielo.
Y en la tierra, los astrónomos se abrazaban
eufóricos. ¡Habían descubierto una nueva
estrella de la que no tenían noticias!
Lo siento, pero hoy no están mis hojos, para esta letra tan pequeña.
ResponderEliminarY ya me hubiese gustado leerte.
manolo.
.
Bien merecido el premio querida Lily. Un relato tierno, delicado, dulce, muy en tu línea de gran sensibilidad.
ResponderEliminarAbrazos todos para ti y ¡Felicitaciones!.
Un cuento tierno un sentimiento solidario del Ángel lo hace desobedecer la orden celestial. Un cuento dentro de la cultura religiosa donde la desobediencia es severamente castigada, me gustó la actitud del ángel al privilegiar la vida por sobre la orden. Felicitaciones amiga
ResponderEliminarmuy lindo relato
ResponderEliminarlleno de esperanzas buenas
y mejores valores...
hermosa explicación para una supernova...
muy lindo relato
ResponderEliminarlleno de esperanzas buenas
y mejores valores...
hermosa explicación para una supernova...
gracias, amiguitos por colmar mi corazón de alegría con sus lindas palabras.
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