Todo
empezó cuando una de las organizadoras del concurso literario la llamó con gran
sigilo para contarle que ella era la ganadora.
Nora
pensó que había escuchado mal. ¡ No
podía ser!
La
verdad era que, por salud mental, había tratado de olvidar el asunto. Unos
meses atrás había mandado sin entusiasmo un cuento, segura de que iba a ser
ignorada una vez más.
Presentía
que su íntima convicción de ser un genio no hallaba respaldo en el grueso
público. Menos en la elite intelectual
que movía los hilos tras bambalinas,en cuanto concurso literario se realizaba
en el país.
Cuando
la organizadora infidente le aseguró que era cierto, sintió que se le doblaban
las rodillas y se le corrían cuatro puntos de una media.
A continuación, cayó en un estado crepuscular.
Se le
declaró un insomnio torturante y perdió por completo el apetito. Incluso la
hojita de lechuga a la vinagreta y los cien gramos de quesillo que constituían
su almuerzo, se le atravesaban en la garganta como si se tratara de un bistec
de dinosaurio.
Y
siguió pensando que no podía ser. Que tenía que haber un error. Que en el
momento de la premiación iban a nombrar a otro. O peor aún, la iban a nombrar a
ella como autora de un cuento que no había escrito. Y no tendría más remedio que reconocer que no
era el suyo.
El
día señalado, partió sola al café literario donde se realizaría la premiación.
No tenía quien la acompañara....Hacía tiempo que se había retirado del Taller ,
por sentir que le hacían bulling.
Había
un grupo de mujeres despiadadas que dirigía el taller con mano férrea. No
toleraron la incorporación tardía de ese elemento díscolo que era Nora.
Se
las ingeniaban para ponerla al final de la lista de las que querían leer sus
producciones, con la intención aviesa
de que pasara el tiempo sin que Nora
alcanzara a hacerlo. Pero, si llegaba a
lograrlo, veía su humilde cuentecito descuartizado sin piedad y arrojado con
asco al papelero del olvido.
Ella,
por su parte, consideraba los cuentos de
las otras una lata insoportable. Empezaba a escuchar con generosidad, pero a
poco andar, le daban ganas de tirarse al suelo dando alaridos y empezar a comerse
la tierra de los rincones. Tal
era la desesperación que la embargaba, sobre todo viendo pasar los minutos que
inexorablemente le aseguraban que ella
no alcanzaría a participar ...
El
día de la premiación, sus enemigas estaba en primera fila, por supuesto,
siguiendo a la profesora como una bandada de pollos tras la gallina. Una gallina algo desplumada por llevar ya
tantos años al frente del taller.
Muchas
de ellas habían concursado también y se las veía arreboladas y expectantes...
Al divisar a Nora le dirigieron una mirada desdeñosa.
Ella,
más que nunca se sintió dispuesta a venderle su alma al diablo con tal de ser
ella la ganadora.
¡ Y
lo fue!
Cuando
la llamaron a leer su cuento, se encontró con que se le había cerrado la
garganta. Tomar agua no le sirvió de nada y tuvo que resignarse a leerlo con
voz de barítono.
Pero
los aplausos que recibió al final le devolvieron su fe en el género humano.
Eso y muchas cosas más pasaron el día en que
Nora ganó el concurso.....
El talento siempre se impone y eso Nora no lo sabía, hasta que ganó su primer concurso.
ResponderEliminarAbrazos Lily querida.
Concuerdo con Taty, que tienes talento para escribir, de una frondosa imaginación que se manifiesta en todos tus cuentos.
ResponderEliminarLo que otras personas opinen en contrario, no pierdas el tiempo en considerarlas, las luces personales siempre se imponen. Un abrazo
Pues bien
ResponderEliminarel trabajo es recompensado en forma muy especial ...reconocerlo en aquello que se hace bien...
con plena convicción es muy bueno..
que siga cosechando sus frutos la escritora nobel...
abrazos!
Gracias a todos por sus generosos comentarios.
ResponderEliminarSw lo mwrwcw pobra Nora.
ResponderEliminarPero llegando al final me quedo con las ganas que otras bellas cosas le ocurrieron ese día, me has dejado con la miel en los labios.
Un abrazo
Ambar.
Querida Ambar, Nora es mi alter ego, todo lo que pasa en el cuento me pasó a mi ese día y me di por satisfecha con esa alegría de ser reconocida en mi esfuerzo Gracias por tu lindo comentario,.
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