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domingo, 17 de julio de 2022

GENOVEVA.

Todas las mañanas, mientras se peinaba, Genoveva conversaba con el espejo. Lo que no era raro, porque el resto del día, en la oficina, se lo pasaba en silencio. Contestaba con monosílabos si alguien le dirigía la palabra y como su malhumor era permanente, su compañeras evitaba hablarle.

El espejo era su interlocutor favorito, porque nunca la contradecía.

-¡ Qué día tan feo amaneció hoy!- rezongaba Genoveva- Recién empieza el otoño y ya está lloviendo ¡ Qué se espera para más adelante!

-Tienes razón- respondía el espejo- Antes de llegar a la estación del Metro tendrás los zapatos empapados y fijo es que te pescas un catarro...

Siempre Genoveva y su reflejo llegaban a la misma conclusión: La vida era un asco y más valdría quedarse en cama y no levantarse más.

Una mañana de tantas, Genoveva comentó:

-¡ De solo pensar en el trabajo atrasado que tengo, ya me duele la cabeza!  No cabe duda de que hoy será un día miserable...

Pero esa vez, el espejo, tal vez cansado ya de encontrarle la razón en todo, amaneció con ánimo de contradecirla:

-¡ Te equivocas!  ¡ Este será un día maravilloso! ¡ Encontrarás la Felicidad y el Amor!  Así es que más vale que te esmeres en tu arreglo.

Genoveva se quedó muda, con los ojos redondos de sorpresa. La invadió una leve esperanza...¿Sería verdad que todo iba a cambiar?

Se quitó el pinche que sujetaba su pelo y una cascada de rizos castaños se esparcieron sobre sus hombros. Luego pensó que hacía ya varios días que llevaba el mismo sweter gris y la acostumbrada falda oscura. Abrió el closet y algo rojo parpadeó y le hizo guiños desde un colgador. Era la blusa que le había regalado su mamá para su cumpleaños.

Se la puso y salió a la calle con otro estado de ánimo.

Levantó la vista y contempló por primera vez el esplendor del otoño. El follaje de los árboles se había vuelto rojo y dorado y atravesado por el sol de la mañana, parecía arder. ¿ Como no se había fijado antes?

En la oficina, se sentó ante su escritorio y se apresuró en terminar el trabajo atrasado. Así le sobraría tiempo para esperar el Amor y la Felicidad que ya debían venir en camino.

Una de sus compañeras, que acababa de sufrir el reproche de un jefe iracundo, exclamó al pasar por su lado:

-¡ Este será un día muy desagradable!

-¡ Te equivocas!-  la contradijo Genoveva-  ¡ Este será un día especial en el que pasarán muchas cosas buenas!

Sus compañeras la miraron sorprendidas. Nunca la habían escuchado decir nada simpático... Y para colmo ¡ sonreía!  ¡ Esa sí que era novedad !  A la hora de la colación, la invitaron a comer una hamburguesa al Mall. Genoveva siempre las había considerado tontas y presumidas, pero decidió ir y para su sorpresa, lo pasó muy bien y se rio como nunca.

Le sobró toda la tarde para esperar los acontecimientos felices que le había anticipado el espejo y mientras llegaban, le ayudó a otra chica a sacar su trabajo atrasado. Esta le dijo:  Genoveva, no sabía que eras tan buena compañera. Se nota que no te conocía bien...

El día llegó a su fin sin que nada especial hubiera ocurrido y volvió a su casa decepcionada. Se paró frente al espejo y le reprochó:

-¡ Me dijiste que llegaría la Felicidad y no la he visto por ninguna parte!

-¿ Cómo que no?   ¿ Acaso no te sentiste feliz esta mañana, cuando miraste la belleza del otoño? ¿ Y no disfrutaste con tus compañeras y te pusiste contenta al descubrir lo amables que son?

-¿ Y eso es todo?

-¡ Por supuesto!  La Felicidad está en las pequeñas cosas de cada día. ¿ O tú creías que iba llegar precedida de truenos y relámpagos?  A veces es así, pero resulta efímera. Es mejor la que se construye con estados del alma y brota desde nuestro interior.

-Pero ¿ y el Amor que me prometiste?

-Bueno. Ese necesita más trabajo. Pero, sigue sonriendo, continúa mirando a la gente con ojos confiados...Hoy plantaste la semilla. ¡ Mañana llegará el jardinero a cultivar la flor!   





7 comentarios:

  1. Sabio espejo. Tendrá suerte Genoveva si sigue escuchando sus consejos... Esperemos que no lo rompa en mil pedazos.

    Me encantó, Lillian. Abrazo hasta vos.

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    1. Gracias, Carlos. De vez en cuando se me ocurre escribir un cuentecito bien intencionado....Para corazones no contaminados. Que existen yo sé.

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  2. Genoveve tiene un problema de vestuario. La proxima vez que consiga vestir de colores, tiene wue ir de tiendas y vacisr la tarjeta. Vestida de gris, no podra. Y tirar toda ña ropa gris
    AabrszoooLillian

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    1. Tienes razón, querido amigo. Yo siempre me pongo una blusa roja...Pero nunca el espejo me ha prometido que llegará el amor jajaja

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  3. Cantares,quien dijo cantares dijo Andalucia

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  4. Muy buen consejo, nada como ir por la vida en forma alegre porque de esa forma en algún momento, conectará con un otro.
    Abrazos.

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  5. Me hiciste sonreír, me gustan los colores vivos, aunque combinar con los grises, pero si la verdad que aparte del color que te vistas está lo que entregas desde el corazón, es donde se almacena en realidad la auténtica felicidad.

    (Ayer salí a ver el mar después de casi dos años de no ir a verlo muy de cerca y fue grandioso, porque salió el sol ,imaginate, todo bello!)

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