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domingo, 20 de septiembre de 2020

LA DAMA DEL CUERVO.

Nora llevaba muchas  semanas encerrada en su departamento.  Sospechaba que  se había contagiado del virus, pero no lo quería admitir. Por la noche sus bronquios crujían y rechinaban como una máquina que alguien hubiera olvidado aceitar.
Su amiga Betty, con mascarilla y conservando la distancia, había ido a llenarle el refrigerador de alimentos. Pero Nora no quería comer. Solo tosía, como un perro atorado con un hueso de mamut...
La lluvia arreciaba al llegar la noche y roncos truenos bramaban a lo lejos.
-Me enfermé en otoño y ahora es invierno- suspiró Nora, melancólica-¡ Qué larga se ha hecho esta cuarentena!  
Se había mudado a ese departamento hacía cinco meses y en el balcón quedaban unas cajas de embalaje que el antiguo arrendatario no había ido a buscar.
Al fin, una tarde sonó el timbre.
En el umbral había un joven de pelo largo, ataviado con una chaqueta de terciopelo algo raída.
-Soy Gonzalo- le informó sin preámbulos - Vengo a buscar unas cajas que dejé aquí... Perdona la demora.
Siguió hablando, mientras se dirigían al balcón.
-Fue un abuso dejarte mis pinturas  tanto tiempo. Por la cuarentena no pude venir, pero ahora las necesito para montar una exposición. ¡ Acaban de abrir la galería!
-¡ Así que tú pintas!- exclamó Nora, entusiasmada- ¿Y cual es tu genero?.
-Pinto retratos...Y de hecho, me gustaría pintar el tuyo.
-Pero ¡ si estoy tan fea!- se quejó Nora, coqueta, llevándose la mano a su pelo desgreñado.
-¡ Oh, no!  Estás muy interesante. Esa palidez me recuerda a las heroínas de Poe.
Nora no se sintió muy halagada, porque recordaba que esas heroínas  estaban catalépticas o derechamente muertas...
-¡ Si pudieran empezar de inmediato, hasta podría terminarlo para exhibirlo en la exposición!
Se pusieron de acuerdo y al día siguiente, Gonzalo llegó con un lienzo y una caja de pinturas.
-¿ Sabes, Nora?  Me gustaría que el retrato evoque ese poema de Poe donde hay un cuervo que  repite al final de cada estrofa las palabras " nunca más".
Pasaron los días y la cara de Nora, rodeada por sus cabellos negros ya estaba terminada. Ahora Gonzalo trabajaba en su vestido y en sus manos.
Se le ocurrió pintar un cuervo posado sobre su hombro.
-Este retrato se llamará " La dama del cuervo" ¿ Te parece?
Mientras él pintaba, Nora miraba su rostro joven iluminado por la inspiración y sentía que lentamente la capa de hielo que había rodeado su corazón empezaba a derretirse. 
Lo extraño fue que el agua de ese deshielo pareció subir a sus ojos y las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.
-¡ Nora! ¿ Qué tienes? ¿ Estás cansada de posar?
-¡ No!  Solo pensaba en lo triste que es ese poema...
Sintió que su corazón latía más rápido mientras él la miraba a los ojos. ¡ Ojalá que este cuadro no estuviera terminado nunca!- suspiró en secreto.
Pero Gonzalo se apuraba en tenerlo listo para la inaguración.
-Los últimos toques los daré en mi estudio- anunció- No quiero cansarte más con mi presencia.
No regresó y la tristeza invernal se apoderó otra vez  del ánimo de Nora .  ¡ Me enamoré de él como una tonta!  - pensaba  avergonzada-No hay duda de que la gripe me debilitó. ¡ Yo, que había jurado no enamorarme nunca más !  
Se inaguró la exposición, pero Nora no quiso asistir hasta varios días después. Pensó que habría menos público.  Pero, al entrar vió un grupo de gente agolpada frente a un cuadro. ¡ Era su retrato!
En medio del círculo estaba Gonzalo, orgulloso y feliz, respondiendo a las preguntas que le hacían sus admiradores.
Divisó a Nora y  le hizo desde lejos un gesto de reconocimiento, pero no se acercó a saludarla.
Una muchacha de melena corta se colgaba de su brazo, ansiosa de verse envuelta en la atmósfera de éxito que rodeaba al pintor.- ¡ El me pertenece!- parecía decir- ¡ Yo soy la verdadera inspiración de su arte!
Nora retrocedió despacio y mezclada con la gente, se dirigió hacia la puerta.
Un feroz desencanto abrumaba su corazón y le parecía escuchar la cantinela que el cuervo repetía en el poema:   ¡  Nunca más, nunca más ! 

1 comentario:

  1. Que triste , pobre de los que se dejan atrapar por el sentimiento a un hombre que no tiene porque retribuirte de la misma manera
    pero por igual si ella sintiendo agradezcas su vez ese sentir porque la hizo salir de ese aparente letargo o encapsulamiento que había encerrado su corazón...
    Y esperar que salga de su enfermedad, aunque ya sabemos la enfermedad del alma es peor que la del cuerpo y lo que es peor ambas se unen para lo peor...

    Igual me imagino un bello retrato!

    Feliz domingo
    y que hayas tenido felices fiestas a pesar del encierro!

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