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domingo, 22 de marzo de 2020

UN ENCUENTRO INESPERADO.

Era el mes de Febrero, pleno verano, y el edificio estaba casi desierto.
Marina bajó al jardín interior y se sentó en un banco. Le daba un poco de verguenza que alguien la viera ahí, tan sola en esa noche de Sábado. 
Si alguien la veía, adivinaría que no tenía ninguna cita, que nadie la había invitado a ninguna fiesta...y la miraría con lástima.  De solo pensarlo, se sentía humillada.
Si  ella dijera que le gustaba estar sola,  nadie le creería, aunque era la verdad.
Un agua oscura de tristeza había ido anegando de a poco su corazón. Pensaba que la Vida había pasado por su lado, ignorándola. ¿ En qué momento se habían acabado las oportunidades y desaparecido las ilusiones?
Aunque el jardín ya estaba totalmente oscuro, todavía el conserje no había encendido los faroles. 
De pronto, al otro extremo, bajo el árbol de morera vio brillar la brasa roja de un cigarrillo.
¡ Vaya!  Había otro solitario ahí.  ¿ Quién sería?
Escuchó una carraspera varonil, la que al menos le informó el sexo de su incógnito vecino.
¡Ahí tiene su bronquitis crónica!- se burló Marina en silencio- Sería tiempo de que dejara de fumar...
De golpe, se encendieron las luces y ambos se miraron sorprendidos.
-¡ Marina!  Pero, si eres Marina...¿ y qué haces aquí?
-Bueno, yo vivo aquí ¿ y tú?
-Yo también ¡qué coincidencia! Me cambié para acá hace dos semanas.
Ella guardó silencio, mirándolo incrédula. ¡ Cuantos años habían pasado y cuanto había deseado volver a verlo!
-Noto que estamos solos los dos en noche de Sábado- se burló él- ¡ Qué fracasos sociales estamos hechos! ¿ No crees?
Y se rió con esa risa seductora que Marina  había amado y que había luchado tanto por olvidar...
-¡ Pero, no!  -exclamó ella, aguijoneada por el orgullo y el recuerdo humillante de su abandono - ¡ Solo estaba haciendo tiempo mientras mi novio llega a buscarme! 
Miró su reloj y se fingió alarmada- ¡ Ya son las diez!  Se va a enojar si no me encuentra vestida para salir.
Recogió sus llaves y se despidió apresuradamente.
-¡ Otro día hablamos!

Y subió a su departamento, a ver la televisión.



2 comentarios:

  1. Esta vez tu personaje tiene alma de poeta,en ella se puede ver las sensibilidad de su autora,
    Te felicito por ese gran amor que tienes a la literatura

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  2. Cuanto engaño...y cuanto desperdicio de vida, años parece sufriendo por alguien que te despreció.
    Hay seres que les gusta el vano sufrir.

    Espero estés bien
    Cuidandote mucho.

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