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domingo, 16 de febrero de 2020

UNA VOZ EN LA NOCHE.

Paulina se había acostado a dormir hacía rato, cuando sonó el teléfono fijo que estaba sobre la cómoda.
-¿ Marita?
-Lo siento, equivocado.
Casi al instante, volvió a sonar.
-¡ Marita!  No me cortes... ¡ escucha!
-Por favor, le dije que está equivocado. Ya es bastante tarde para molestar ¿ no cree?
Paulina apagó la luz y cerró los ojos. Había descolgado el teléfono por temor a que siguiera sonando, pero así y todo, no logró dormirse hasta mucho rato después.
¿ Quién sería ese pesado?  Seguro era alguien  que buscaba a los anteriores arrendatarios...Hacía solo un mes que ella se había cambiado a ese departamento.
Salió por el fin de semana y al volver, ya no se acordaba de los llamados nocturnos. Pero, el Lunes, el teléfono volvió a sonar.
-¡ Marita!  Soy Pablo...¡ Llevo días llamándote!
A Paulina esta vez le dio pena su voz, impaciente y triste y decidió darle una explicación.
-Lo siento, Pablo. De verdad no soy Marita, me tienes que creer...
-¡ No trates de engañarme! Reconozco tu voz...Sé que no quieres hablar conmigo, pero te suplico que me escuches ¡ Tienes que saber la verdad de lo que pasó!
Los llamados se repitieron durante varias noches. A veces, Paulina  descolgaba el teléfono, otras veces lo dejaba adrede, porque le servía de distracción. Y si no sonaba, se sentía decepcionada, como que algo le faltaba para terminar bien el día.
Cuando escuchaba la voz de Pablo, ya no  cortaba la comunicación. Lo dejaba que hablara y que le suplicara perdón....
Sentía curiosidad por saber qué ofensa tan grande le había hecho a aquella Marita que ella terminó por personificar.
-Tú sabes que era a ti a quién de verdad amaba... Dime que me crees, por favor...
¡Así es que Marita era la típica mujer abandonada por un hombre infiel !  Le daba rabia, ganas de hacerlo sufrir y se quedaba muda en el teléfono, mientras él le suplicaba y le juraba que solo a ella había querido de verdad.
Un día se le ocurrió preguntarle al conserje del edificio quién había ocupado el departamento, antes que ella.
- Un matrimonio joven, creo. Duraron pocos meses juntos.... Después la veíamos a ella siempre sola, hasta que se fue.
Empezó a sentirse identificada con Marita. A veces se sentía triste y humillada, como si fuera a ella a quién Pablo había traicionado. Después se reía de sí misma ¡ Qué tonta soy!
Pero, esa noche, en el teléfono, el sonido de la voz de él, ponía en su corazón una mezcla de rencor y deseos de ceder al torrente de sus súplicas. Pensaba que después de todo era sincero, que  Marita terminaría por perdonar su infidelidad.
Una noche, Pablo la llamó con otra voz, urgente y perentoria:
-¡ Es preciso que te vea, Marita! Por teléfono es imposible que nos podamos entender. Te esperaré mañana, a las 17 hrs. en el café frente a la plaza.
Y cortó la comunicación, para no darle tiempo a que se negara.
Paulina pensó que había llegado la hora de terminar con esa suplantación.
Era necesario acudir a la cita para que él comprendiera que ella no era Marita y la dejara tranquila de una vez.
Pero, algo en su corazón se condolía por el fin de aquella extraña aventura.
Se miraba al espejo y le parecía que  Marita estaba  también allí, mirándola por sus ojos y diciéndole que fuera al café y que perdonara a Pablo, porque él de verdad la quería.
Sea cual fuera la razón  que la llevó a acudir a la cita, la sintió como  una fuerza incontrolable de la cual no se habría podido sustraer.
A través de la vidriera del café, vio que estaba casi desierto. Quizás después de todo, Pablo no había llegado a la cita...
Empujó la puerta y lo vio. Supo inmediatamente que era él. Estaba sentado en una mesa, al fondo del local. Inclinado sobre una taza de café a medio vaciar.
Al escuchar el sonido de la puerta, levantó la cabeza sobresaltado y la miró.
Luego,se levantó con violencia como para correr hacia ella. Su cara se iluminó con una sonrisa de alivio. Sus ojos brillaron:

- ¡ Marita!   ¡ Yo sabía que ibas a venir!


2 comentarios:

  1. Que intrigante cuento , me gustó eso del final...aunque bueno no se como explicarlo ahí ...ese es el misterio no?

    Después de todo la insistencia tiene su ganancia o su engaño...
    Ella puede ser que lo borró de su chip pero él sabe quien es...
    abrazos.

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  2. Querida Meulen, este cuento es sin explicación. Podría ser que ella hubiera ido asumiendo, sin querer, la identidad de Marita hasta convertirse en ella. O sencillamente es así no más, sin sentido. Lee algunos cuentos de Cortázar y verás que se puede...claro que no me comparo con ese genio.

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