Marcos
había llevado trabajo a su casa y cansado, se adormilaba frente al computador.
Al
anochecer, sonó el timbre con un repiqueteo corto. Se sobresaltó, porque llovía
a cántaros . ¿ Como alguien se atrevía a salir con esa lluvia?
En el
umbral, había una niña de unos doce años, enfundada en un abrigo que a todas
luces le quedaba grande. Sostenía en su
mano un paraguas empapado.
-¡
Hola! Soy Lily- saludó con naturalidad-
Vine a hacerte una visita porque sé que te sientes solo.
-¿Y
quién te lo dijo?
-¡
Oh! Gente que te conoce- respondió
enigmática y sin esperar que la invitara a pasar, atravesó el umbral y dejó el
paraguas chorreante detrás de la puerta.
Se
paró en medio de la sala, observándolo todo.
-¡
Hay muchos libros! ¿ Tienes "
Papaíto piernas largas" ?
-Esa
es lectura de niñas- respondió Marcos,
poniéndose serio- Aquí solo hay libros que atañen a mi profesión.
Vio
que la niña tenía los zapatos empapados.
-¿
Por qué saliste a caminar con esta lluvia?
- ¡
Qué va! En en lugar donde vivo, está
lloviendo siempre. Debe ser el país
donde se fabrican las lluvias.
Marcos
la escuchaba desconcertado. Le parecía estar oyendo un acertijo o una de esas
letanías que repiten a coro las niñas cuando juegan.
Se
acordó de una que decía algo así como ¿ " Pastora, pastora ¿ qué buscas, pastora? " y la repitió en voz alta, sin darse cuenta.
Lily
se rió y dijo: -¡ Solo busco mi paraguas!
Es hora de que me vaya.
Y
salió sin despedirse, dejando a Marcos sumido en total confusión.
-¿
Habré estado soñando? se preguntó, pero luego vio la marca húmeda que sus
zapatitos habían dejado junto al sofá. Tras la puerta había una poza
dejada por el paraguas.
Ese
otoño fue muy lluvioso y Lily volvió a visitarlo cada vez que llovía.
-¿Por
qué vienes solamente cuando llueve?- le preguntó .
-No
puede ser de otro modo, porque fue en un día de lluvia cuando me fui de este
mundo.
-¿
Qué quieres decir?-exclamó Marcos, sobresaltado.
-Resbalé
frente a un autobús que no pudo frenar a tiempo... Así llegué al lugar donde
ahora vivo.
-¿ Y
qué lugar es ese?
-Es
un sitio especial, a donde van los que mueren en un día de lluvia.
Marcos
se quedó mudo, no queriendo creer lo que Lily le decía . En medio de su estupor, se le ocurrió una
pregunta tonta.
-¿
Por qué llevas un abrigo que te queda grande?
-Mi
mamá me lo mandó a hacer así, para que me sirviera cuando creciera...Pero, ya
ves que no alcancé a crecer. Ahora ando nadando en él. No sé si es mucho abrigo
o poca Lily, pero hay algo que no cuadra en el asunto...
Se
rió, ufana de su chiste, pero a Marcos se le encogió el corazón.
Hubo
muchos días de lluvia en que la esperó en vano. Siempre dejaba la puerta
entreabierta, por si ella quería volver.
Soy
amiga de Marcos. El me contó esto,
un día en que llovía mucho. Me dijo que no ha vuelto a verla y que a
veces piensa que todo lo soñó.
Amiga escritora,,existe en tu persona algo que hace que tus relatos sean casi siempre de aparecidos,puede que tu espera
ResponderEliminaralgo que te haga cambiar,y no estas satisfecha.
Que misteriosa es la vida no?
ResponderEliminarme gustan estas historias o cuentos ...además de otras tantos relatos por ahí que se pueden ver en videos, sobre fantasmas, claro que nunca tan simpáticos, generalmente dan susto a quienes los ven, aunque otros aprenden a verlos y aceptar sus presencias increíbles...nunca se sabe
todos puede ser ...desconocemos mucho de lo que es la misma existencia y lo que sigue más allá en definitiva...
Quizás al fin ella se convenció de su muerte y aceptó su reencarnación...
Ah! y estimada, yo estoy bien y bien lejos de pesadumbres y sentires desafortunados.
Un abrazo grande.