A
Clarita la habían criado sus tíos y nunca había echado de menos un cariño
distinto.
Pero
las otras niñas iban al parque con su mamá y a ella la llevaba la tía Luisa.
Después,
cuando fue a la escuela y aprendió a leer, la primera palabra que le enseñaron
a deletrear fue Mamá.
Le
preguntó a su tía si ella era su mamá y si no lo era ¿por qué ella no tenía una mamá como las
otras niñas?
La
tuya está en el cielo con los ángeles, le dijo la tía. Pero Clarita notó que su
tío Raúl la miraba con un gesto raro, como si no le gustara lo que ella decía.
-Mi
mamá ¿ también es un ángel, entonces?
La
tía Luisa le dijo que sí y que la cuidaba desde el cielo y esperaba que siempre
se portara bien.
Clarita
eligió una estrella , la más brillante y pensó que en ella vivía su mamá.
Tenía
unas alas blancas y desde un balcón luminoso se asomaba, inclinándose sobre la
tierra para mirarla.
-Ella
sabe que soy yo ¿ verdad? ¿ No podría
equivocarse y mirar a otra niñita?
- ¡
Claro que no! Las mamás no se equivocan
nunca. Aunque te escondieras en el fondo del mar o en lo más espeso de un
bosque, sus ojos te buscarían hasta encontrarte.
Al
principio, Clarita se sintió consolada pero después, una carencia nueva se
instaló en su corazón.
A
veces, sus tíos discutían cosas que ella no entendía. El tío Raúl hablaba de
una mujer sin escrúpulos que había abandonado a su hija. La tía Luisa lo hacía
callar.
-Tú
no puedes juzgarla. No sabes lo que le pasó. Quizás estaba enferma...
Se
callaban delante de Clarita. Pero ella se quedaba pensando en quién sería esa
mujer y donde estaría la niñita que vivía sin su mamá.
-Mi
mamá es un ángel y vive en el cielo- le contó a su mejor amiga, en el patio de
la escuela.
La
niña pareció impresionada y se quedó mirándola, en silencio. Pero, al salir de
clases, se fue de la mano de su mamá. Antes de doblar la esquina, se volvió a
mirar a Clarita como diciéndole que, a fin de cuentas, tener una mamá en la
tierra era mucho mejor.
Un
día llegó a la casa una mujer desconocida.
Clarita estaba en su dormitorio y las escuchó discutir. Terminaron
llorando las dos.
-¡
Déjame verla ,al menos!- gritaba la mujer, con la voz quebrada por el llanto.
La
niña dejó sus muñecas y se asomó por la baranda de la escala. Vio a una mujer
pobre y la encontró muy fea. Quizás había venido a pedir plata. Pero, entonces
¿ por qué la tía Luisa no le daba unas monedas en lugar de empujarla fuera de
la casa?
-Debiste
pensarlo antes... ¿Después de todos estos años te acuerdas de ella? Perdiste
todos tus derechos. Nosotros la criamos y ahora es nuestra.
-¡
No, Luisa! Ella es mi hijita. No pude
venir antes ¡ te lo juro!
Pero
la tía Luisa le cerró la puerta en la cara.
Esa
noche, Clarita se esforzó por ver en su imaginación al ángel que la miraba
desde el cielo. Pero en lugar de la dulce visión, se le presentaba una y otra
vez, la figura de la mujer llorando ante la puerta cerrada.
Incapaz
de dormir se levantó a mirar por la ventana. Quería buscar en el cielo la
estrella , ese palacio dorado donde vivía su mamá.
Pero
abajo, en el jardín, vio a la mujer pobre. Estaba parada bajo un árbol, con la
mirada fija en las ventanas de la casa.
Al
ver a Clarita, lanzó un gemido y le tendió los brazos.
La
niña bajó en puntillas la escala y abrió la puerta sin hacer ruido.
Miró
a la mujer que antes le había parecido fea. Y ahora la encontró linda, porque
vio que la miraba con tanto amor, que su cara parecía iluminada.
-Tú
eres mi mamá? - le preguntó, acercándose.
-Sí,
Clarita. Soy yo.
-Bajaste
del cielo ¿ verdad? Pero ¿ donde dejaste tus alas?
La
mujer la rodeó con sus brazos y no le respondió.
-¡
Perdóname por no haber venido antes!
Pero Clarita ya había olvidado ese "
antes" que se llamaba soledad, porque su corazón estaba lleno de ese
" ahora" que se llamaba amor.
Rodeó
el cuello de la mujer con sus bracitos y
juntó su mejilla a la cara mojada de
llanto.
En
medio de la noche, el árbol del jardín brotó de pronto y se llenó de flores
blancas.
A tus relatos les suele pasar como a los viejos vinos,cada vez me gustan mas.
ResponderEliminarPor desgracias dramas como el de tu cuento son muy comunes en la actualidad
Que buena eres con tus cuentos, no dejes de escribir.
ResponderEliminarMe emocionó tu cuento...recordé en algo mi historia...mi madre venía a mi lado a darme pecho después de trabajar ...y así me crié cerca de ella por largo 9 años...más mi otra madre nunca me la negó, más bien tuve dos madres maravillosas que a su modo me amaron y tuvieron el mismo corazón para mi...
ResponderEliminarGracias.