Habían
pasado las doce y Jaime se devanaba los sesos frente al computador. Estaba atascado en su novela. Después del
primer capítulo se había quedado en blanco y sus circuitos neuronales no daban
ni una chispa.
Se
quedó atónito al ver a alguien parado a su lado. No recordaba haberle abierto
la puerta a nadie. Para colmo, era una figura gris de contornos indefinidos.
-¡
Hola, Jaime!- lo saludó con desparpajo-
Soy La Muerte y he venido a buscarte.
-¡
No!-gritó Jaime- ¡ Soy joven aún! ¡ No puedes llevarme todavía!
-De
poder, puedo- respondió La Muerte con frialdad-
Debes saber que yo no tengo en cuenta la edad para hacer mi trabajo.
-¡
Pero soy talentoso! Estoy escribiendo
una novela y me la van a publicar este año...Precisamente ahora estaba...
-Eso
de talentoso lo dices tú y uno siempre es generoso en la autocrítica.
-Pero,
si la Editorial prometió publicarme esta novela...
-Yo
no estaría tan segura. Ayer me llevé a tu editor, infarto fulminante, así es
que puedo decirte que esa promesa pasó a mejor vida.
-¡
Por favor, dame una oportunidad!- suplicó Jaime, ya no sabiendo a qué echar
mano para convencerla- ¡ Te desafío a una partida de naipes! Si gano, te vas y me dejas vivir ....
-¡
Qué poco original eres, para ser un escritor talentoso! Si es por desafíos, te propongo uno en tu
propio terreno. Si quieres salvarte, tienes que escribir un cuento...
-¡
Fácil! -exclamó Jaime y se esponjó en su silla, aliviado.
-¡ No
tan fácil, amigo! El cuento debe ser de
una sola línea y contener dramatismo y misterio.
-¡
Imposible! ¿ Como esperas que en una sola línea pueda
desarrollar una argumento que tenga sentido?
-¿ Y
no aseguras que eres un escritor talentoso?
¡ Pruébamelo! Volveré mañana a
esta misma hora. Si me gusta tu cuento, te dejaré en paz.
Jaime
no pegó un ojo en toda la noche y al otro día vagó por la ciudad, desesperado.
A la
media noche en punto, apareció la Muerte. Venía segura de sí misma, fumando un
pitillo con displicencia.
-Aquí
está el cuento- le mostró Jaime- " Nació y murió" ¿ Qué opinas?
-¡Bah!
- exclamó ella, con desdén, pero se notaba desconcertada- ¿ Y donde está el
dramatismo ahí?
-¡
Chis! ¿ Te parece poco? No hay nada más dramático que nacer y morir
sin saber la razón.
-¿ Y
el misterio?
-Ignorar
donde estábamos antes de nacer y adonde iremos después de morir...¿ Qué mayor
misterio que ese?
La
Muerte había perdido su aire ganador. Ensimismada, no se dio cuenta que se le
había consumido el pitillo entre los dedos y se quemó. De un salto lo soltó con
furia.
Jaime
lo aplastó con el pie y fue a buscar una pala para recoger las cenizas.
Al
volver, no se extrañó de no hallar a nadie.
Sintió
que sus escarceos con la Muerte lo habían estimulado. Sus neuronas habían
desatado un verdadero festival pirotécnico. ¡ Ardía en ideas nuevas para
continuar su novela!
Sin
perder un segundo, se sentó frente al computador y escribió sin parar, hasta
que amaneció.
Que simpático!
ResponderEliminareso de que la muerte te desafía es una metáfora
ya que es bien sabido que nacemos y morimos en cada respiro...
El hombre se vale de eso para seguir escribiendo y de que ello depende que la muerte no se lo lleve...aun es su tiempo.