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domingo, 18 de noviembre de 2018

LA VERDAD SOBRE CENICIENTA.

Mientras sus hermanastras iban a la Universidad, Cenicienta tenía que quedarse en casa, ayudándole a su madrastra.
Las tres mujeres se ahorraba el sueldo de una mucama y  gastaban ese dinero en cremas y cosméticos. En vano luchaban por torcerle la mano a la naturaleza que, como el hada mala de los cuentos, parecía haberles lanzado un cruel hechizo desde la cuna. 
Cenicienta, en cambio, se hacía máscaras con rodajas de pepino y estaba más linda cada día, sin gastar un céntimo.
Pero eso no le bastaba . Ella sabía que la belleza solo abre la primera puerta y que eso no sirve de nada si están cerradas las demás. Y su mayor sufrimiento era no poder ir  a estudiar a la Universidad y desarrollar su intelecto.
   Mientras suspiraba en la cocina, corrió por todo el reino la noticia de que habría un gran baile en el palacio, con el propósito de que el príncipe  conociera a las jóvenes casaderas y eligiera entre ellas a su futura esposa.
Las hermanastras visitaron las tiendas más lujosas y compraron vestidos Prada y carteras Luis Vuiton. Cuando Cenicienta insinuó que a ella también le gustaría asistir al baile, se rieron en su cara.
-Pero ¡ si no tienes qué ponerte, rotosa! ¿ Crees que vamos a dejar que nos averguences frente al príncipe?
Llamaron  un Uber y partieron al palacio acompañadas de su madre. Iban envueltas en densas vaharadas de costosos perfumes.
Pero Cenicienta no estaba en absoluto resignada a su suerte. Apenas quedó sola en la casa, corrió donde la vecina, una viejita a quién había ayudado muchas veces a cargar las bolsas del supermercado.
-  ¡Señora  Ada!-  se quejó Cenicienta, muy afligida- Creo que es muy injusto que yo no pueda ir al baile...La invitación es para todas las niñas del reino. ¡Tengo tantas ganas de ir!   Pero ¿como hacerlo si no tengo un vestido apropiado?
-De pura casualidad, tengo uno por aquí- dijo la viejecita y de una antigua maleta que guardaba bajo su cama sacó un vestido maravilloso. Era de pura seda resplandeciente y lo acompañaban unos zapatitos de cristal que brillaban como diamantes.
Parecía que estaba hechos para Cenicienta.
La anciana había sido peluquera en su juventud y la peinó con un moño elegante. Ataviada y peinada parecía una verdadera princesa.
Cuando entró al salón del palacio, todos enmudecieron de admiración y el príncipe corrió a solicitarle un baile.
Bailaron y conversaron, pero bien pronto Cenicienta comprobó que el príncipe no tenía tema. Entonces ella intentó hablarle de las lecturas que había hecho en la biblioteca de su padre.
-¡ Uf!- resopló él- Yo hace tiempo que no leo. ¡ Los libros me dan sueño!  Prefiero informarme por twiter. Además, tengo un grupo de Whasapp con los príncipes de otros reinos...
Cenicienta, decepcionada, no supo qué decir . Al verla tan callada, el príncipe pensó que estaba muda de admiración y trató de besarla.
Fue el final del idilio.  Cenicienta comprobó que el príncipe no se había hecho la limpieza dental y tenía un aliento fétido.
Se soltó de sus brazos y pretextando ir al baño se alejó corriendo.
Al bajar la escala del palacio, se le salió un zapatito de cristal. Al divisar al príncipe que corría tras ella,no pudo recogerlo y lo dejó abandonado.
Pronto corrió el rumor de que el príncipe se había enamorado de la joven misteriosa dueña del zapatito y pensaba recorrer todo el reino hasta encontrarla.     
Cenicienta tomó el zapatito que le quedaba y lo enterró en el jardín. Al principio, un débil resplandor flotó entre las flores, pero luego se apagó.
Cuando llegó el momento de probarse el otro, Cenicienta llevaba varios pares de medias superpuestos y su pie se veía muy grande. Naturalmente, no se lo pudo calzar.
Todo se solucionó cuando el príncipe, cansado de buscar en vano, decidió casarse con la mayor de las hermanastras. 
De inmediato la situación de la madrastra cambió. Pudo contratar un ejército de sirvientes y Cenicienta quedó libre para ir a la Universidad.

De más está decir que estudió una carrera y se recibió con honores. Casarse con un príncipe no era una prioridad para ella. 


2 comentarios:

  1. Es los mejor que tu has escrito hasta ahora.
    El cuento puede tener su moraleja.
    Te felicito

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  2. Esta princesa si salió habilosa
    va con los tiempos de hoy

    y al fin a su modo encontrará su principeso...

    besos.

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