Josefina
había despertado recién, cuando por la ventana de su dormitorio entró un joven
llevando una maleta. Usaba un sombrero
de ala ancha y un traje de corte muy anticuado.
Se sentó a los pies de su cama y suspiró con alivio, como si viniera
llegando de un largo viaje. Luego le sonrió amistosamente y se quedó en
silencio, sin darle ninguna explicación.
Ella
lo miraba atónita.
Por
un momento pensó que continuaba dormida y soñando. Pero no podía ser porque, al
mismo tiempo le llegaban desde la cocina los ruidos que hacía su mamá
preparando el desayuno. El reloj marcaba las siete y quince.
El
joven pareció recordar que la cortesía
exigía que se quitara el sombrero y una espesa mata de cabellos dorados cayó
sobre sus hombros. De inmediato, Josefina sospechó que era un ángel.
-Perdón-le
dijo, algo amoscada- ¿ Podrías explicarme, por favor...?
-Me
escapé del cielo. Eso es todo- respondió él, con mucho desparpajo.
- Si
de verdad eres un ángel ¿ donde están
tus alas?
El se
quitó la chaqueta y un par de resplandecientes alas blancas se desplegaron con
suave rumor, llenando una buena parte del dormitorio con su luz.
-Y,
¿por qué te escapaste del Cielo , si puede saberse ?
-La
verdad es que estaba aburrido. Allá no
pasa nunca nada. No hay ni penas ni alegrías. Una Hermosa Nada, eso es el
Cielo. Y a Dios no lo veíamos nunca...
-
Pero ¿donde está ? ¿ Que acaso no vive ahí?
-Sí,
pero el Cielo es tan grande...Cada cierto tiempo corría el rumor de que El se
acercaba. Corríamos empujándonos unos a otros, para llegar a la nube de la cual
surgía una música prodigiosa. Creo que era Mozart el que la tocaba...Pero,
nunca alcanzábamos a verlo. Solo una luz
que brillaba a lo lejos y después se extinguía...
-¿ Y
por eso te escapaste?
-No
solo por eso. Fue por el vacío de no sufrir. Echaba de menos la incertidumbre
de la Tierra. No quería esa felicidad rosada e insípida como los postres que
sirven en el hospital...Quería volver a estar vivo.
-Pero
, para haberte ido al cielo tendrás que estar muerto ¿ no?
-Bueno,
pero no se me nota mucho . Y si me mezclo con la gente, creo que pasaré desapercibido.
Josefina
miró el reloj y le dijo que tenía que levantarse para ir al colegio.
-No
querría ser descortés - agregó- pero ¿
donde piensas quedarte?
-En
tu closet podría ser ¿ no crees?
Josefina
no estaba segura de que fuera una buena idea. Se imaginó a su mamá entrando más
tarde a guardar la ropa lavada y pasando un susto tremendo ...No pudo evitar
reírse ante la imagen.
Estuvo
muy distraída toda la mañana en clases, pero cuando volvió en la tarde, su mamá
estaba muy tranquila en la cocina picando tomates y el ángel no se veía por
ninguna parte.
Al
otro día lo vio sentado en un paradero de buses. Llevaba la chaqueta muy abrochada y el
sombrero calado hasta las cejas. Solo Josefina parecía notar el bulto en su
espalda y los resplandores dorados que brotaban aquí y allá, bajo el ala de su
sombrero...
-¿ A
donde te diriges?- le preguntó en voz baja.
-Voy
a buscarme un trabajo. Cuando vivía en la tierra era gasfiter y conservo todas
mis habilidades. En mi maleta ando trayendo las herramientas de mi oficio.
-¿ Y
crees que vas a poder quedarte en la Tierra para siempre?
-Ese
" Para siempre" solo existe en
el Cielo y es lo que lo hace tan aburrido.
En cambio, aquí todo es " Mientras". Nunca sabes lo que pasará
mañana y esa incertidumbre es lo más estimulante de la Vida...
Se
subió al bus por la puerta trasera, porque no tenía con qué pagar su pasaje y
como mucha gente hacía lo mismo, pasó inadvertido.
No
volvió a saber de él...
Pero
cada vez que se averiaba alguna cañería y su mamá exclamaba: ¡ ¡Hay que llamar a un gasfiter! Josefina temblaba de emoción esperando ver
entrar por la puerta al ángel escapado del cielo...
Pero,
eso nunca sucedió .
Que bonito!
ResponderEliminarUn relato lleno de luz.
Hoy miraré mi closet con detenimiento...quien sabe no encuentro una sorpresa.
Besos Lili.
Bueno , tu relato
ResponderEliminares como esa versión...que los angelitos caen del cielo...
algo así...
Supongo así le ocurre a un alma inquieta...díscola e inconformista también...
como hay seres que le gusta el martirio...
te deseo pases buen fin de semana.
En todos tus cuentos tus fantasias están muy presente,creo que tus sentimientos están queriendo borrar algo que no te deja con mucha paz
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