Rosa
se había quedado sola en Santiago, igual que siempre, en aquellos meses de
calor insoportable.
Vio
como poco a poco se iba vaciando el edificio en que vivía y luego, la ciudad
entera le pareció grande y desconocida.
Al
principio se movió por las calles desahogada, como si le tocara más aire para
respirar.Pero después se fue sintiendo muy sola.
Aunque
siempre lo había estado en realidad. Sólo que ahora lo notaba más, porque ya no
contaba con esa muchedumbre anónima que la convencía engañosamente de que
caminaba acompañada.
Se
preguntó, con tristeza, por qué no tenía amigos. Alguien le había dicho una vez, muy
duramente, que si pensara menos en sí misma y se preocupara más por el resto,
su vida sería otra. Pero ella lo había tomado como una ofensa dictada por el
despecho...
Una
tarde especialmente calurosa, cuando volvía a su casa desde la oficina, una
mujer de gris se sentó a su lado en el Metro.
La
miró como si ya se conocieran y abriendo un anticuado bolso negro, le ofreció
un saquito de papel, lleno de caramelos.
Rosa
aceptó uno por cortesía, pero lo encontró amargo.
Cuando
se bajó del tren, la mujer lo hizo también y se fue caminando pegada a su codo,
como si se dirigieran a la misma parte. Y efectivamente, entró con ella al
edificio, también al ascensor y se bajó
en el mismo piso en el que Rosa vivía.
Pero
lo verdaderamente insólito fue que cuando abrió la puerta de su departamento,
la mujer se coló detrás de ella.
Rosa
la miraba atónita y se devanaba los sesos preguntándose: ¿ La conozco y no me acuerdo? ¿ Es una tía que se dejó caer de visita, sin
que yo la invitara?
La mujer, ajena a su incertidumbre, se
arrellanó en el sofá.
Rosa
no pudo aguantar más y a riesgo de parecer impertinente, le preguntó:
-Señora,
perdone...Usted ¿ quién es?
-¿
Cómo que quién soy? ¿ Hemos vivido juntas
tantos años y no me reconoces? Yo soy
la Soledad.
Rosa
se quedó muda, mirando su cara sin color y sus ojos inexpresivos.
- No
habría venido si tú no me hubieras invitado- agregó la mujer.
Abrió
su bolso, que parecía no tener fondo y sacó de él un gato, que se acomodó sobre
sus rodillas ronroneando. Luego, extrajo también unos palillos y un ovillo de
lana y se puso a tejer con soltura.
En
ese momento, sonó el timbre.
-Es
mi hermano mayor - exclamó la mujer- Pero, estoy segura de que tú lo conoces...
Rosa
abrió la puerta y un hombre muy flaco pasó a su lado sin saludarla. Se acercó a
la mujer y se saludaron afectuosamente.
-¡
Somos tan unidos!- exclamó ella y levantándose del sillón se cogió de su brazo-
Siempre vamos juntos por la vida. El es el Egoísmo y yo soy la Soledad. No acostumbramos existir separados. Pero creo que tú lo sabes
muy bien...
-¿
Por qué dice eso?- le preguntó Rosa ofuscada.
-Porque
si en lugar de vivir pensando en ti y en tus carencias, miraras a tu alrededor
siquiera una vez, verías que hay otras personas que también tienen necesidad de
afecto.
Metió
el gato y el tejido en su bolso y cogiendo del brazo al flacuchento, se dirigió con él hasta la puerta.
Ambos miraron a Rosa con cierto desdén y
salieron sin despedirse.
Rosa
se quedó meditando largo rato y luego lloró como hacía tiempo no lo hacía.
Pero,
si cambió su actitud después de esa visita,
no lo sé.
Me
gustaría poder decir que sí, para que este cuento tuviera algún sentido. Pero,
francamente,no puedo asegurarlo.
Amiga escritora,nuevamente tu cuento es casi una copia de los sentimientos de algunas personas,no creo que sea
ResponderEliminaralgo relacionado a tu persona.
Tus fantasias vuelan tan alta,que hacen a tu persona una gran escritora
Nuevamente tu comentario a esa fotografia es una señal de la claridad de tus sentimiemtos
ResponderEliminarSí que tiene sentido tu cuento y me gusta un montón.
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Cada quien tiene motivos para estar sola ...
ResponderEliminarpero sentirse desgraciada por ello
sin dudas lleva ser a caminos muy magros y sin sentido
ni aprecio por nada...
muchos no aprenden nunca esa lección de vida.
Curiosa amiga,Solo te puedo decir que es una ave de presa,mis conocimietos no llegan a mas,no conozco al personaje de la fotografia,pero me permitio hacerle la fotografia
ResponderEliminarAmiga escritora,creo que tu cuento es una especie de memorando de tu vida y de tus entornos
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Siempre he pensado que existen dos tipos o formas de soledad: una que es necesaria y buscada por todo aquel que es creador y otra, que es temida y sentida. La primera se disfruta, porque te conecta con todos los sentidos requeridos para emprender cualquier situación relacionada con el Arte; pero la segunda, es nostálgica y triste. La protagonista de este relato, es una mujer que le ha costado enfrentar sus fantasmas; pero que al asumir que tiene un problema será capaz de salir adelante.
ResponderEliminarUn abrazo Lily
ResponderEliminar________.--.___. .-~-. ___Hola !
_______/ .- ,´__________`.-. '___Pasaba
_______ ` /`__________' ´ /___Por
________'-/___´a___a`___-´___?Aquí
_________|____,´(_)`.____|____?_a
..............................?_________ ___( ._|_. )___ /______dejarte
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__________.-`._______,´-._____?__Lindo
________,´__ ,'__`-´__', __`._____osito :$
_______/___ /...............' _______bueno
_____,´___ /. Un abrazo .' ___`.___Espero
___,´_____|. muy , fuerte '|_____`._Que
__|_____,´.|.......para ti.....|.`._____|Estés
___`.__,´.-. ..............…… /.-. `.__,´_Muy Muy
_________/_`. ________,´________Biennn!
__.""-._,'______ `._:_,´ _____',_.-""._Cuídate.
_/_,-._`_______)____ ('______´_,-.__Muchos
(_(___`._____,´_____`._____.´_?__)_)Besos...
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gracias siempre por tus palabras...
eres una bella persona.
Tus tristezas estan presentes en todos tus comentarios
ResponderEliminarDe todas formas desoués de ver esa escena, el amargo caramelo y la reflexión, estoy segura que su vida tomó otro rumbo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar