En
sus horas libres, a Pablo le encantaba visitar tiendas de anticuarios. Sobre
todo, esos pequeños locales poco frecuentados en los cuales, con un poco de
suerte, podía encontrar verdaderos tesoros a bajo precio.
La
tarde en que empezó su aventura, había entrado por primera vez a una
tiendecita, casi oculta en el fondo de un callejón.
A
través de la vitrina, bastante sucia por lo demás, vio una serie de objetos más
o menos inútiles y en el centro de todos ellos, un violín.
Su
bella madera clara parecía resplandecer en medio del polvo que lo cubría todo.
¡ Qué líneas tan elegantes! ¡ Qué
delicados los ornamentos de la caja! Si
tenía suerte, hasta podía ser un auténtico Guarnerius, que la ignorancia del
dueño había pasado por alto...
Entró
en la tienda, disimulando su interés y como al descuido, preguntó el
precio. No era barato, pero a esas
alturas ya sabía que no saldría de ahí sin el violín.
Regateó
un poco y al saber que faltaba el arco para poder tocarlo, se empecinó más en
conseguir una rebaja.
Salió
feliz con su envoltorio bajo el brazo.
¡
Total! El nunca había estudiado música
! Solo quería poseerlo por la hermosura
de sus formas y porque le parecía un instrumento romántico y evocador.
Lo
puso en la cómoda de su pieza, sostenido por unos libros y lo contempló hasta
que los ojos se le cerraron de sueño. Se durmió con una sonrisa en los labios.
A
media noche lo despertaron unos ruidos extraños.
Aterrado,
se incorporó en su cama, seguro de que tendría que enfrentarse con un ladrón.
Luego
notó que la figura era difusa, casi transparente y que me movía entre las
sombras como un jirón de niebla. Eso no
le impedía hurgar en los cajones en forma frenética, desparramando el contenido
por el suelo, sin importarle el ruido que hacía.
Pablo
preguntó con un hilo de voz:
-¿
Qué busca? ¿ Quién es usted?
La
figura se volvió hacia él y le mostró un rostro pálido y desencajado. Sin responderle, gritó:
- ¿Donde está el arco ? ¡ Deme el arco, por el amor de Dios!
- ¿ Qué dice?- balbuceó Pablo, tiritando de
miedo al darse cuenta de que se encontraba frente a un fantasma.
-¡
Que me dé el arco, le digo! Necesito
tocar...¡ o me volveré loco!
-Primero
que todo, dígame quién es usted- exigió Pablo, envalentonado al comprender que
el espectro no había ido a atormentarlo a él, sino que era, por sí mismo, un
ser atormentado por un dolor atroz.
- ¡ Soy Nicolo Paganini, el violinista ! -
respondió la sombra, con una mueca de rabia al no saberse reconocido.
-¡ El
famosos Paganini !...Pero si murió hace siglos....¿ Es que en el Cielo no lo
dejan tocar?
-¡
Ay! ¡ El cielo! Si Dios hubiera tenido piedad de este
pecador...Pero, no. No estoy en el Cielo. ¡ Estoy en el Infierno!
Pablo
sintió una gran compasión, pero su curiosidad fue más fuerte:
- ¿ Y
cómo es el Infierno? ¡ Dígame!
- No
sé como será para otros- gimió el espectro- Yo llegué a un lugar frío y
oscuro...Ahí me recibió un ángel de alas negras, con las plumas erizadas como
si hubiera volado en un vendaval...Me miró sin decirme una palabra y me tendió
un violín. Me abalancé a cogerlo, esperanzado...Pero era un violín sin cuerdas.
¿ Comprende? ¡ Ese es el Infierno, para
mí !
Amiga escritora,tu cuento del violin,tan llena de verdades y fantasias,que se puede leer hasta el final con gran interes.
ResponderEliminarTe vuelvo a repetir que tienes la obligación de imprimilas
Un fuerte abrazo
Tu amor a las letras consiguio hacer una apologia sobre esa fotografia
ResponderEliminarUn fueerte abrazo
Es una delicio leer tus comentarios
ResponderEliminarEl infierno es aquello que sabemos no podremos poseer jamás, por esa razón, se vive en la tierra.
ResponderEliminarBesos Lily querida.
Amiga escritora,Tu siempre estas invitada a mi blog,tus comentários son una delicia,por lo bién que sabes manejar la gramatica
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Tu bien hacer en el manejo de las letras,consigue que tus commentarios sean todos unas delicias
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Todo se vive aquí sin dudas
ResponderEliminarpor alguna razón algunos padecen más que otros...
no es si es por la vida que llevaron
o son para que otros demuestren y alcancen con ellos una bendición...
Cu´na terrible debe ser quedarse perdido en el limbo
o no encontrar jamás esa paz...
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Gracias amiga por tus palabras de aliento y tus siempre compañero corazón en mis sentires
te dejo un gran abrazo.