El
caminante se detuvo, exhalando un suspiro. Su túnica, que antes había sido
blanca, ahora estaba cubierta de polvo.
Le
dolía más que nunca la herida de su hombro. El roce del madero había desgarrado
su piel y su carne, llegando casi hasta el hueso. De eso hacía mucho tiempo,
pero la llaga permanecía abierta.
En un
recodo del camino, a la sombra de un árbol, vio que descansaba un hombre. Este
le habló con cortesía:
-¿
Quieres un sorbo de agua? Te ves muy
fatigado.
El
caminante le dio las gracias y se sentó a su lado, mientras bebía con avidez.
-¿
Cómo te llamas?
-Jesús. ¿ Y tú?
-Mahoma.
-Nos
conocemos demasiado bien.
Se
miraron en silencio y en los ojos de ambos había tristeza y desesperanza.
- Las
cosas no salieron como tú esperabas ¿ verdad, Jesús?
- Es
cierto. Han pasado más de dos mil años desde que entregué mi vida para acercar
a los hombres a mi Padre...Y tú ves que se alejan cada día más.
Suspiró
y luego se volvió hacia Mahoma.
-Pero,
tú ¿ por qué ese desaliento? ¿ No
debieras sentirte triunfante?
Predicaste el Islam, llevando el nombre de Alá a todos los confines de
la Tierra...Y cada día tienes más adeptos.
-Te
equivocas. Muchos de los que invocan el Corán, lo hacen por conveniencia,
buscando el poder. Dicen que quieren imponer la Ley de Alá, pero la tergiversan
y la convierten en un símbolo de esclavitud y de muerte. El odio es su bandera
de lucha.
-Quieres
decir que ambos hemos fracasado ¿ verdad?
- preguntó Jesús- Pero, entonces
¿quién gobierna ahora en el alma de los hombres?
Oyeron
a su lado una carcajada burlona que los hizo estremecer.
Sin
que lo notaran, un extraño se había acercado a ellos y había estado
escuchándolos en silencio.
Tenía
un rostro oscuro en el que ardían los ojos, como brasas. En él había algo más propio de bestia que de
humano. Se envolvía en un manto que parecía ocultar una deformidad en su
espalda.
- Es
fácil adivinar quién gobierna ahora ¿ no creen?
Sus
labios descubrieron unos dientes afilados, semejantes a los de un lobo y se
curvaron en una sonrisa triunfal.
De
pronto, el manto sobre su espalda se desgarró y dos grandes alas negras se
desplegaron con un rumor siniestro.
Alzó
el vuelo y los pájaros huyeron aterrados.
La
sombra de sus inmensas alas fue cubriendo la Tierra y todo quedó en tinieblas.
Que tristeza!!
ResponderEliminarsi parece que el ser humano se mueve en manada
hacia la desolación completa...
...
estamos en la búsqueda d e una verdad que nos llene el alma y el corazón...
sin darnos cuanta que todo vive en uno mismo...
y que todo esta conectado al amor ...
Tu cuento es la tragedia humana paradojal. Todos buscando el bien de la humanidad según la particular "creencia religiosa o ideológica" se termina en la guerra, actualmente el terrorismo un nuevo modo de guerra. A fracasado Mahoma, Buda, Jesús, el comunismo, el feudalismo, el monarquismo, la democracia está en jaque con la corrupción masiva. al parecer el "hombre" es su propio verdugo. ¿Podremos algún día los humanos evitar la risa diabólica de "Lucifer"? Interesante en víspera de Navidad.
ResponderEliminarSi bien no tengo una concepción religiosa constante, debo aceptar que lo oscuro domina la situación actual en nuestra sociedad. Algo negro y doloroso sobrevuela el planeta.
ResponderEliminarAbrazos querida Lily.
A pesar de la negrura...hay que hacer fuerza para la luz
ResponderEliminarel AMOR INFINITO Y PODEROSO
que vive en uno mismo...por ello no le doy cabida a la sombra...aunque se que está ahi también pisando mis talones
pero ahí está el poder del ser , saber el camino recorrer
potenciar con el corazón y el pensar la fuerza del bien...
todos los días amanece el sol en nuestra cara...
un abrazo!