Ahora
que estás lejos,
hay
una estrella que tiembla en el fondo de mis ojos.
Aveces,
cae en gotas
y se
va por la noche convertida en luciérnagas.
Es
inútil llamarte.
Mi
voz se prende la tañer de las campanas
y se
aleja flotando hacia el ocaso.
Cada
día te llevará mis besos
la
mariposa vegetal de un vilano de cardo.
Ahora
que estás ausente,
este
amor desolado
exprime
sobre mi alma margaritas deshechas.
El amor ...y sus vericuetos
ResponderEliminarque uno cree , nos llena los espacios vacíos del alma
y luego nos deja huecas ....no se si ese amor merezca el lloro después de todo...
pues debería haber dejado prenda buena de alegría y de gratitud...
pero hay que botar lo nefasto de alguna manera
para luego seguir siendo
sintiendo y amando en primer apersona y en plenitud...
y nuestra alma se expanda en fuerza y luz...