Jorge
se aprestaba a apagar la luz y arrebujarse en las frazadas, cuando vio a un
hombre en su dormitorio.
Aterrado,
asumió que era un ladrón y tiritando, le alargó el celular y la billetera que
estaban sobre el velador.
El
extraño se rió por lo bajo y sin hacerle caso, se sentó en el borde de la cama.
Jorge
notó que vestía una especie de túnica algo andrajosa y comprendió que se
trataba de un fantasma. A través de su cuerpo se veían los muebles de la
habitación y la perilla de la puerta brillaba a la altura de su pecho, como si
tuviera una ampolleta encendida en el corazón.
Esta
comprobación lo tranquilizó de inmediato. Hacía tiempo ya que le tenía más
miedo a los vivos que a los muertos.
-¿ Se
puede saber con quién tengo el gusto...?- le preguntó educadamente.
El
fantasma suspiró y al principio no contestó nada. Su mirada se deslizaba por el cuarto, como
tomando nota de todos los detalles.
-Soy
Sebastián- dijo al fin, con melancolía-
Viví aquí hace mucho tiempo...Está todo igual. Esa mancha de humedad en
el rincón está más grande, eso sí. Se ve que no has llamado al plomero...
Molesto
por el reproche, Jorge abandonó su cortesía.
-A
decir verdad, estaba por dormirme...Si no te molesta...
-Duerme
no más. Yo te acompaño.
-¿No
podrías irte, mejor?
-Lo
siento. No me puedo ir. Estoy esperando a alguien.
-¿ A
quién, si puede saberse?
-A
Paulina. Vivimos juntos aquí hace muchos años. ¡ Eramos tan felices! Cuando yo morí, ella dejó esta casa porque no
podía soportar los recuerdos...
Jorge
se sentó en la cama, interesado a su pesar. Después de todo, sólo posaba de
cínico, pero en el fondo era un romántico.
-La
he venido a esperar aquí- continuó el visitante- porque sé que cuando llegue su
hora, ella vendrá a buscarme a la que fue nuestra casa...
Jorge
lo pensó mejor y abandonó el sentimentalismo. No se halló capaz de soportar a
dos fantasmas en sucasa. Con uno bastaba para tener insomnio.
Decidió
desalentarlo para que se fuera.
-Y ¿
no has pensado que en todos estos años ella pudo haberte olvidado y haberse
enamorado de otro?
-¡
No! ¡ Eso jamás! Nuestro amor era
indestructible. ¿ Qué puedes saber del Amor tú, que estás acostumbrado a hacer
citas por internet y a cambiar de pareja como de calcetines?
-Lo
que pasa es que tú te moriste demasiado joven y no alcanzaste a conocer la
falsedad de las mujeres.
El
fantasma de Sebastián lo miró entre enojado y dolido, pero no se movió.
-¡
Bueno! Quédate a esperarla, si quieres.
Pero, te advierto que será inútil...Y no me hables más, porque tengo sueño.
Se
abrigó con la frazada y se volvió contra la pared.
A la
mañana siguiente, no vio a nadie en el dormitorio y respiró aliviado.
Poco
le duró la tranquilidad, porque en la noche lo despertaron profundos suspiros
que venían del sillón al lado de su cama.
-¡
Vaya! Tú, de nuevo, Sebastián...No te cansas ¿ verdad? Ya te convencerás de que Paulina te olvidó
hace tiempo y que, cuando llegue su hora, como dices tú, será con otro con
quién correrá a encontrarse...
Y
así, noche tras noche, Jorge se dedicó a socavar las ilusiones del fantasma.
A ratos burlándose de su ingenuidad, a
ratos aconsejándolo como amigo...La cosa era librarse de él de una vez por
todas. Además que, por supuesto, no
creía en la fidelidad de Paulina ¡ No conocería él a las mujeres, háganme el
favor...!
Con
el paso de las semanas, Jorge notó que su táctica destructora de la confianza
de Sebastián empezaba a dar frutos.
De
veía cada vez más alicaído. Si no hubiera estado ya muerto , podría haberse
dicho que estaba enfermo...Incluso iba perdiendo consistencia. Si antes era
casi transparente, ahora no tenía contornos. A veces parecía solo un jirón de
humo flotando en la habitación.
Hasta
que un día, después de exhalar un profundo suspiro, se desvaneció.
Jorge
no cabía en sí de contento. ¡ Por fin se había librado de su fastidiosa
presencia!
Durmió
sin sobresaltos y al otro día anduvo de buen genio, silbando entre dientes una
cancioncita...
No le
duró mucho la alegría.
Dos
noches después, cuando ya se estaba quedando dormido, sintió una presencia
extraña en el dormitorio.
Abrió
los ojos sobresaltado. Sobre él se inclinaba el fantasma de una mujer, que le
preguntaba ansiosamente:
-¿
Habrá venido Sebastián por aquí?
Olá! Boa tarde.
ResponderEliminarVisitando os blogs amigos cheguei até seu blog. Amei suas postagens e a forma como comentas em suas visitas. Restou seguindo e lhe convido a conhecer os meus, se gostar seguir, ficarei grata.
Abraços, com desejos de um fim de semana abençoado.
genial, genial tu entrada de hoy. Un aplauso Lily
ResponderEliminarVerdaderamente con la pluma eres una artista, tus relatos son muy buenas,pero casi siempre en ellos están tus anhelos por encontrar algo que perdiste una vez.
ResponderEliminarSigo con interes todos tus escritos
Que maravilla de relato!
ResponderEliminarSuspenso, imaginacion,creatividad... ingredientes que has sabido utilizar de forma estupenda.
Abrazos.
Hola amiga , que bello relato...
ResponderEliminary ahora que sucederá pienso, ...como solucionará el asunto que el mismo provocó en el fantasma que enamorado esperaba...
paradoja del destino ...
abrazos.