A
media noche, Pablo logró conciliar el sueño. Todo el día se había estado
debatiendo en la cama, presa de una fiebre intermitente. Se sentía muy débil y
sabía que la inútil espera lo había agotado todavía más.
Casi
de inmediato, empezó a soñar.
Se
vio atravesando un bosque muy espeso. Las hojas habían empezado a caer,
formando una alfombra húmeda que amortiguaba sus pasos. Pero las ramas eran tan
tupidas que , aún estando semi desnudas, apenas dejaban pasar la luz.
Delante
de él vio caminando a una mujer que llevaba un envoltorio apretado contra su
pecho. Por la forma dulce y firme con que lo sostenía, se adivinaba que era un
objeto precioso.
-¿
Qué llevas ahí, con tanto cuidado?
-¡ Es
el corazón de mi hijo!- respondió la mujer, mientras lloraba- ¡ Debo llevarlo
muy rápido, porque lo están esperando!
-¿
Qué dices? No te entiendo...
-Te
digo que es el corazón de mi hijo....¡ No puedo demorarme más!... ¡El, antes de
morir, me pidió que lo entregara a otro !
La
mujer siguió corriendo por entre los árboles y Pablo la perdió de vista.
El
continuó caminando en medio del bosque,
hasta que divisó un resplandor pálido que se filtraba por entre los troncos.
Era el brillo iridiscente del mar.
Una
brisa helada lo hizo tiritar y se sintió solo y desamparado frente a la
inmensidad del agua.
Luego
vió en la orilla una barca llena de pasajeros. El barquero le hacía señas:
-¡
Apúrate! ¡ Ven! Tú eres el único que falta para poder zarpar.
-¡ No
puedo irme aún!- gritó Pablo- Tengo que esperar un poco más...
-¡
No! Ya es tarde. Se agotó el tiempo.
Este hueco libre en mi barca es para tí.
Se
vió obligado a subir en compañía de los otros pasajeros silenciosos. Todos iban
con los ojos fijos en una isla sombría que se perfilaba en la distancia.
Vió
que en el muelle los esperaba un grupo de gente y creyó distinguir entre todos
la figura de su madre.
-¡
Mamá!- la llamó en medio de su sueño.
.....................................
Una
enfermera que atravesaba el pasillo, oyó un débil gemido, pero al acercarse a
la cama, vió que el enfermo había dejado de respirar.
Trato
de reanimarlo inutilmente y luego le avisó al médico.
Este
sacudió la cabeza, abatido.
-¡
Pobre joven! Llevaba tantos meses
esperando un trasplante...¡ Pero el corazón que necesitaba no alcanzó a llegar !
una enseñanza profunda develada...
ResponderEliminarmuchos esperan ...lo sabemos...
Tu humor y tu hilaridad te hace disfrutar con tus escritos
ResponderEliminarLas imaginaciones del viejo fotógrafo,a veces consigue hacer una mala fotografia
ResponderEliminarEres escritora y tienes sentimientos de peeta
ResponderEliminarUn f uerte abrazo
Amiga escritora,tu cultura supera a todas mis fantasdiads
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
A la amiga escritora,el viejo fotógrafo le agrace el buén concepto que tienes de sus fantasias
ResponderEliminarSaludos desde Andalucia
Cuando se llega a cierta edad,a veces comenzamos a recordar cosas que ya creriamos olvidadas
ResponderEliminarsaludos estimada Lilian
ResponderEliminarque tengas lindos momentos en estos días...
por aquí descansando después de la lluvia...
besos.